¡Ay, alma mía!!!
Si yo supiese tu camino
a tus brazos correría,
y aunque fuese un desatino,
a quererme te obligaría,
quizás será mi destino,
llevarte en el alma mía.
Aunque tú fueses pecado
de amarte no me cansaría,
estaría siempre a tu lado,
en tus brazos amanecería.
Alma de mi alma, dime,
que tú también esperabas,
un amor así de sublime,
envolviendo nuestras almas.
¡Ay! Alma mía.
Deja que encuentre tu camino,
para nunca jamás separarnos,
seamos del amor peregrinos,
haciendo un mismo destino.
No condenes más mi corazón
sabiendo que tú eres el dueño,
quítame esta gran desazón,
compartiendo éste dulce sueño.
Un sueño que brota del pecho
con el grito de tu nombre,
tal vez lo que diga te asombre,
pero deseo amanecer en tu lecho.
Un lecho con vuestro perfume
sudor de piel tuya y mía,
donde el pecado se redime,
haciendo real la fantasía.
Fantasía de encontrarte
y olvidar ésta agonía,
de tanto soñar y quererte,
tanto amor dejado en poesía.
Poesías de amor, tuya y mía,
música cantada a los vientos,
para llegar en tu mañana fría,
junto con los besos sedientos,
de mi boca que es más tuya que mía.
Dime qué caminos andarás
y yo correré a tu encuentro,
te prometo que tú dejarás,
el sufrir que llevas dentro.
Y dentro de mi alma
tendrás paz y no tormento,
mi vida te dará la calma,
y mi amor será tu alimento.
Serás el alimento que yo ansío
para mi alma dolorida,
castigada en el silencio,
siendo tan bella la vida.
¡Ay! Alma mía
Mi amor despierta su canto
como canta el ave en mi ventana.
En mi canto le amo tanto,
que seré ave en su mañana.
Ay, trovar de los trovares
en todos vuelan amores,
fuertes como torrentes,
y ninguno llega a la fuente.
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
29/11/2013