Una cita a ciegas…
A mi hija Cristina…
Y sí, fue un milagro
tomé entre mis manos el
papel,
yo, temblaba ilusionada
mientras leía,
habría en un tiempo casi
exacto;
una cita a ciegas.
Comencé a imaginarte,
a sentir que mi piel rozaba
tu piel,
que tu mirada, sería esa que
yo amaría,
para toda la vida y más,
imaginé tus manos tomadas a
las mías,
tu corazón latiendo con el
mío.
¡Tanto ansié e imaginé ese
encuentro!
La espera fueron horas llenas
de deseos,
de amor intenso que crecía
día a día.
Dios, cómo deseaba tenerte
entre mis brazos,
besarte hasta calmar mis
ansías y llorar de felicidad
de tanto y tanto amarte.
Al fin llegó el día y te vi
tal cual te imaginaba
llegaste a la cita hija de mi
alma.
Alicia M Moreno
Derechos Reservados
05/01/2016