Para saber que estoy viva,
que no camino a la deriva,
por alcanzar tu mano en la vida
eres alguien que no se olvida.
Te necesito como el agua para mi sed,
eres pan, para mi hambre de mujer;
salvia perfumada en mis entrañas
siento tus ojos invadiendo mi ser.
Tus manos acariciándome,
tu voz susurrando en mí oído,
quizás un te amo, o mí nombre,
mientras te digo, querido ¡Querido!
Te necesito como el horizonte al atardecer,
como el día al sol, el aire para respirar,
la lluvia para la tierra, fecunda el semillar,
eres leño ardiente en el frío atardecer.
¡Te necesito tanto! ¡Tanto amor!
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
15/07/2011
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