Se llenan los días de soledades, a la espera de nada,
sombras amarradas a mi sombra, penas del alma
cada día un despertar escarchado, en un verano ardiente,
despiadada huye la felicidad en el arco iris del atardecer
donde la lluvia se refugia en mis ojos y ahí se duerme.
El cielo gris de mis sueños, se anida en mi pecho
creí ver golondrinas y alondras volar en el alma de tus manos
pinté sonrisas en los silencios y eran respuestas.
Escribir de mis sentimientos es una eterna agonía, el día a día,
se lleva jirones de mi alma y los recuerdos son sombras que cada vez
duelen más y más, camino ciega rumbo al horizonte agonizante
del atardecer de mi sombra que se entrega sumisa, llena de ternura
en versos con alas blancas de palomas mensajeras del amor.
Algún cazador de sueños, dará un tiro certero al corazón por placer,
seguirá su camino buscando otra y otra, hasta saciar su sed de soledad.
¡Ay! Poesía que me recuerdas de los días llenos de ternura y hoy son
sólo sombras, despertando en mí, el dolor de no creer en nada ni en nadie.
Quiero soñar o quizás quiero creer, en el “HOMBRE” no en el “hombre”.
Y la amistad sincera?..Me pierdo en las sombras de mis versos…
Y un recuerdo me obliga a escribir…
Alicia M. Moreno
17/02/2012
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