Una vida ...
Y
corrí hacia él
como
sí aún fuese primavera,
lo amé, con el amor guardado
tan
puro y tan nuestro,
Pero
los relojes,
habían
marcado miles de horas
sólo
quedaron tiempos no vividos
y un
llanto contenido,
cuando
acuden los recuerdos.
Eres
el sol que me abraza
ahora
que el invierno
se
adentra en mis entrañas
y
muero cada día.
Dulce
amor de todas mis horas
muy en lo profundo del alma,
somos
los mismos,
sol
inmenso que ya se apaga,
apenas
tibio en nuestra piel.
Imposible recuperar el ayer
Alondra
herida el corazón,
pronto
detendrá su vuelo
sin
dejar de amarte.
Eres mi
horizonte
ese más
allá del infinito,
tan
lejos y tan mío.
Alicia
M Moreno
Derechos
Reservados
13/03/2018
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