jueves, 13 de marzo de 2014

Hierbabuena...



Hierbabuena
ALICIA..

Mis ojos son verdes como la savia que hace crecer al árbol.
 Mis manos grandes, conocen el hierro la cantera el ladrillo el fuego y el mayo.
También conocen el terciopelo de una rosa y sus espinas.
Al igual que en mi alma las heridas de mi piel cicatrizan.
Queda solo el recuerdo de un aroma
de una juventud.
De un ramo de azahares y gardenias.
Esencias a romero y espliego
a tomillo y rabo de gato.
A hierbabuena y menta de tu caminar 
yo seguía con mis sentidos
con mi pasión. Era ella.
Hoy me has traído su recuerdo.
Hoy ocupas ese lugar en mi poema.
Hoy eres mi chica la que mira mis
ojos y sonríe a mi mirada y a esos
besos virtuales hoy
quien sabe mañana.
A ese mañana le dedico.
La fragancia de la rosa Chrysler
también la de té Rojo
y amarillo de dos banderas
española y catalana.
Ambas conocen
como decía el himno
de infantería.
Ardor guerrero
que vibra en nuestras voces
de un pueblo que aun no es libre
de un sueño que aun existe.
"sangro lucho pervivo"
Salud y libertad prendas de gran valía
nadie sabe lo que valen hasta que son perdidas.
Por amor, con amor y fe no con palabras
sino con ejemplos.
Ese camino de fragancias
hace ciertos los sentimientos. 

Francisco Ruzafa …España.
Derechos Reservados

12/03/2014



FRANCISCO

Ojos verdes, espejo del alma
que guía esas manos,
a escribir tan bellas verdades,
manos de trabajo duro,
que buscan el cauce delicado del verso,
un verso perfumado  con la esencia pura
del amor genuino, entrega total del pensamiento.
Se fue la juventud, o se guarda intacta,
en el alma enamorada y brota fértil,
con el canto de las aves y el perfume de la rosa.
Se niega la boca a morir, sin el gusto sagrado del beso.
Cada día nos enseña el alma,
que el amor no envejece, será eterna primavera,
sólo una palabra tal vez dicha con la inocencia,
de un niño cargado de ayeres y vuelan mariposas,
abejas y abejorros entre los almendros,
dándole sentido al amor adormecido
. Nuestra piel y el cuerpo, reflejan los años vividos,
cofre sagrado de nuestro corazón de poetas.

Si no amaras tu tierra, nada te haría hombre,
El hombre ama su tierra y su bandera,
como la honra de amar a su madre.
Vive con amor y el cielo será tu cuna,
O un paraíso perfumado de hierbabuena.

Tomo tu mano y te sonrío
caminemos, me gusta ver
los almendros florecidos,
cuando despunta el sol.

Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
13/03/2014

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