¿Acaso, fue tanto?
Querer tomar la rosa
con mis manos llenas de amor,
más la espina se clavó en mis dedos,
que sólo sabían de caricias,
de sembrar amor en el desierto
del alma.
¿Acaso, fue tanto?
Desear escuchar mi nombre en tus labios,
con una sonrisa suave y dulce,
como un beso de madrugada,
cuando el día incita a despertar.
¿Acaso, fue tanto?
Pedir que compartieras
mi bosque encantado, con hadas,
que endulzaban los sueños amargos
y el canto de las aves,
no dejando olvidar la primavera.
¿Acaso, fue tanto?
Querer ser más fuerte
y sobrepasar cada piedra del camino,
tan sólo he dejado las huellas
de mi andar, con paso firme
para que puedas recoger tú,
las flores que he dejado sembradas
en los días de nostalgia
y regadas con alguna lágrima,
rocío de la noche desvelada.
¿Acaso, fue tanto?
Que busqué tantas palabras,
para nunca decir nada, muriendo,
en el secreto de un silencio
y esa voz, que te nombra,
en la tristeza de unos versos,
donde agonizaron tantos besos,
perdidos en los espacios,
donde siempre te pienso
y se avivan los recuerdos.
¿Acaso, fue tanto?
¡Querer ser feliz¡
Alicia M Moreno.
Derechos Reservados
23/08/2015
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