Mis ojos
Tus Ojos
Y fue aquel día de sol
que mis ojos se clavaron en tu mirada
una mirada tan profunda como triste,
verdes como la pradera en primavera,
me atraparon, ciñendo mi alma,
al lazo invisible de tu ser
y allí quedé prendada.
Y fue aquel día de sol,
cuando tus ojos me vieron,
y penetraron mi alma,
como el amor de un jilguero,
dejándote de mi prendada,
y haciéndome tu prisionero.
¡Ay señor! Dime el porqué
iba yo a amarlo tanto,
si fue sólo una mirada.
más luego vino el beso y yo,
que sabía como lo amaba,
fui capaz de perder su mirada,
más nunca pude olvidarle.
¡Ay Señor! Dime también,
por que me ha enamorado,
si con el fuego de un beso,
se ha robado mi mirada,
que se ha quedado pegada,
en su corazón por siempre,
pero en el mío . . . ¡También !
Dime el porqué, cerré los ojos
en ese último beso,
que dejó mi boca envenenada,
veneno de amor eterno,
que nunca buscó el olvido.
Dile Señor porqué,
cuando ella cerro los ojos,
y se sintió envenenada,
estaba tan confundida,
que no sintió que mi alma,
por ella quedó marcada.
Cuando más lejos estaba,
más envenenaba el alma,
dulce veneno de amor,
se anidaba en el pecho,
corazón y alma,
recuerdo, tormento y calma.
Nunca he comprendido Señor,
porqué ella no se dio cuenta,
que si me anide en su pecho,
fue porque ella marco mi lecho,
con su recuerdo y sus besos.
Tus ojos fueron y son
causa de mi pasión,
fiebre y sangre del corazón,
en ellos encontré el mar, el sol,
el día y la noche.
Tienes toda la razón,
mis ojos fueron tu fuego,
por eso he quedado ciego,
sin la presencia, de tu amor.
En ellos he dejado prendidos
los años que me llevó buscarlos,
será que nunca he intentado olvidarles,
ojos verdes como los olivos,
como la esperanza que forjé contigo.
Mis ojos ya no son verdes,
son del color del olvido,
pues se ha quedado contigo,
en medio de los olivos,
en mi rostro se ha dibujado la muerte.
Oye amor, no digas nada,
Ha pasado el tiempo,
sólo mírame,
deja que bañe mis ojos,
en tus ojos,
con esa lágrima de amor,
ves, somos los mismos,
dame ese beso, que aún espera,
recordando aquel beso,
como cuando jóvenes.
que mis ojos se clavaron en tu mirada
una mirada tan profunda como triste,
verdes como la pradera en primavera,
me atraparon, ciñendo mi alma,
al lazo invisible de tu ser
y allí quedé prendada.
Y fue aquel día de sol,
cuando tus ojos me vieron,
y penetraron mi alma,
como el amor de un jilguero,
dejándote de mi prendada,
y haciéndome tu prisionero.
¡Ay señor! Dime el porqué
iba yo a amarlo tanto,
si fue sólo una mirada.
más luego vino el beso y yo,
que sabía como lo amaba,
fui capaz de perder su mirada,
más nunca pude olvidarle.
¡Ay Señor! Dime también,
por que me ha enamorado,
si con el fuego de un beso,
se ha robado mi mirada,
que se ha quedado pegada,
en su corazón por siempre,
pero en el mío . . . ¡También !
Dime el porqué, cerré los ojos
en ese último beso,
que dejó mi boca envenenada,
veneno de amor eterno,
que nunca buscó el olvido.
Dile Señor porqué,
cuando ella cerro los ojos,
y se sintió envenenada,
estaba tan confundida,
que no sintió que mi alma,
por ella quedó marcada.
Cuando más lejos estaba,
más envenenaba el alma,
dulce veneno de amor,
se anidaba en el pecho,
corazón y alma,
recuerdo, tormento y calma.
Nunca he comprendido Señor,
porqué ella no se dio cuenta,
que si me anide en su pecho,
fue porque ella marco mi lecho,
con su recuerdo y sus besos.
Tus ojos fueron y son
causa de mi pasión,
fiebre y sangre del corazón,
en ellos encontré el mar, el sol,
el día y la noche.
Tienes toda la razón,
mis ojos fueron tu fuego,
por eso he quedado ciego,
sin la presencia, de tu amor.
En ellos he dejado prendidos
los años que me llevó buscarlos,
será que nunca he intentado olvidarles,
ojos verdes como los olivos,
como la esperanza que forjé contigo.
Mis ojos ya no son verdes,
son del color del olvido,
pues se ha quedado contigo,
en medio de los olivos,
en mi rostro se ha dibujado la muerte.
Oye amor, no digas nada,
Ha pasado el tiempo,
sólo mírame,
deja que bañe mis ojos,
en tus ojos,
con esa lágrima de amor,
ves, somos los mismos,
dame ese beso, que aún espera,
recordando aquel beso,
como cuando jóvenes.
Ese " Oye amor "
rejuvenece cada fibra de mi cuerpo,
me has devuelto mis ojos,
y el calor de tus besos,
y si quizá ya no somos jóvenes,
pero el calor del amor,
rejuvenece por siempre.
No, no cerraré los ojos,
quiero morir en tu mirada,
cristalina como el agua.
Refléjate en mi mirada,
déjate ser adorada,
puede pasar el tiempo,
puede morir el viento,
pero el amor que es tan nuestro,
seguirá siendo eterno.
rejuvenece cada fibra de mi cuerpo,
me has devuelto mis ojos,
y el calor de tus besos,
y si quizá ya no somos jóvenes,
pero el calor del amor,
rejuvenece por siempre.
No, no cerraré los ojos,
quiero morir en tu mirada,
cristalina como el agua.
Refléjate en mi mirada,
déjate ser adorada,
puede pasar el tiempo,
puede morir el viento,
pero el amor que es tan nuestro,
seguirá siendo eterno.
Luis Roberto
Alicia M Moreno
Derechos Reservados
01/09/2015
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