Tarde de Domingo
Ahí está la casa esperando
como lo hacía desde hace tantos años,
con la costumbre y el amor ensamblado,
donde en cada rincón están los sueños,
sueños que se trepan en su costado,
donde aún se escucha la risa de los niños.
Esos recuerdos mi vida,
se grabaron en mi mente,
cada ladrillo, cada silla,
siguen en mi pensamiento.
Ahí está la casa, guardando largos días
y la aguda angustia del calendario,
el Domingo, se llena de alegrías,
luego se esfuma y gana el silencio,
ese sentir en el alma llena de agonías.
Extrañé tanto esas risas,
como extrañé tu figura,
yo viví tu agonía,
y también viví la mía.
Y es ahí, en ese ocaso del día
que la tristeza busca huir lejos,
bajo el loco reír de los Domingos,
he sentido que mi alma, lentamente moría
suicidándose en los ocasos.
En el ocaso de mi vida,
yo te dejé estas letras,
si me fui, no fue por no amarte,
si no por amarte tanto,
no quería que me vieras,
morirme entre agonías,
y hoy ya sabes mi vida,
fue tanto lo qué te amé,
que no causé un sufrimiento,
por eso me alejé.
Alicia M Moreno
Luis Roberto..
Derechos Reservados
No hay comentarios.:
Publicar un comentario