miércoles, 3 de septiembre de 2014

Un Hada Dormida...

 
Un Hada Dormida

Se durmió  el hada
en el bosque encantado
esperaba enamorada,
al duende escondido.

El duende enamorado
al ver tanta belleza,
se escondió avergonzado,
entre la agreste  maleza.

El  hada soñaba
con su duende amado,
a él su alma le daba,
con su corazón apasionado.

El duende lloraba de tristeza
por su tosca fealdad,
miraba al hada sin esperanza,
aunque su amor fuera verdad.

Oscura llegó la noche
entre pinos y azucenas,
una luna cual derroche
iluminaba ambas escenas.

Triste y desolada estaba el hada,
pues su duende nunca vino,
de la espera estaba cansada
y llorando buscó el camino.

Tan apenada se perdió
el duende que la seguía,
pronto cuenta se dio,
que el hada no veía,
y su mano le ofreció.

El   hada sonriente
su gesto agradeció,
el duende muy triste,
el rostro del hada acarició.

El   hada  acarició
al  duende la carita,
que con dulzura le sonrió,
en el pecho el corazón palpita
esperando su comentario.

El  hada con  cariño Preguntó.
¿.Porqué la tristeza?
El duende ya no se inquietó
y dijo con esperanza,
soy el duende qué a la cita faltó.

El hada se ruborizó
Ay, duende te pido perdón,
ser ciega me avergonzó,
pero te ofrezco mi corazón.

El duende besó su mejilla
y el hada  estaba  hermosa,
fue un amor de maravilla,
un duende y una diosa.

Cuando el amor es verdadero
no hay nada que se interponga,
los designios de Dios  tienen
un sólo camino de triunfo
el Amor…

Alicia M Moreno
Derechos Reservados
01/09/2014



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