Hombre de lata
Y te miré a los ojos
fríos y secos,
tan profundos
en esos huecos.
Tú, como tanta gente,
quizás no me viste,
ni presentiste,
que estaba mirándote.
Quizás esperas lo mismo
que yo aún espero,
en éste oscuro abismo,
donde no llega un te quiero.
Tu piel de lata
Atrae mi ternura hacia ti,
piel fría color plata,
un pecho sin corazón.
¿Qué magia hay en ti?
Hay tantos hombres de lata
y yo me detengo cada día,
te hablo y te pregunto,
sobre tu melancolía,
quién fue el del invento.
¿Un hombre frío sin alma?
Se olvidó de tu frío,
de tus manos sin caricias,
de tu boca sin besos,
de esta soledad que se derrama,
en cada uno de tus días y noches.
Ni siquiera una mueca de sonrisa
esboza tu boca de lata,
a veces creo escuchar latir tu corazón,
pero no, es sólo mi ilusión.
Me voy y te dejo ahí sólo
esperando la nada interminable,
de la noche eterna.
Sí, aún escribo, por eso me voy,
sino, me sentaría a tu lado.
Sólo por eso, no me quedo.
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
30/05/2013