No me enamoro de tus versos,
me enamoro y luego escribo versos
leo debajo de las letras,
allí donde el alma vulnerable,
espera una caricia y la ternura.
A ti te veo, a tus manos
en el teclado, escribiendo versos.
Al hombre al cual me apego
y no son versos los que escribo,
son cartas de amor, con la miel del beso,
y el calor del abrazo.
Que el poeta lee entre líneas,
nace la ternura luego el amor,
después la poesía y el clamor,
para cantar a los vientos.
Se vuelve la sangre torrente,
de dulce vino, que me embriaga.
Juntando la noche con el alba,
de los ojos sin sueño,
en el laberinto de la mente,
donde no existe el verso.
Quizás he perdido la cordura,
mi noble caballero
o debiese cortar mi lengua,
para no decir te amo.
O cortar mis manos,
para no escribir versos,
pero quedan mis ojos
llenos de lágrimas.
Si en ellos te miras,
te dirán muchas cosas.
En todas hay un te quiero..
Alicia M. Moreno
16/08/2011
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