Un Océano sin Verbo
Encontré tu mano,
cuando me perdía,
una tarde de otoño
melancólico
cuando tu voz me sirvió
de guía
para encontrar la razón
a seguir
el rumbo poético de mi
vida,
y yo que quería huir,
me enredé en un sueño
loco.
De palabras y paisajes
de sierras, cielos y
mares
De coplas y flamenco,
de arena, sangre y
toros.
Comencé a escribir
poesías
que brotaban de mis
poros,
y mis entrañas
adormecidas.
Tu voz, siempre tu voz
en poemas llenos de
ternura,
yo escribí poesías
puras
unas tuyas y otras
mías.
Aferrada a tus manos
escribía
en las páginas de un
libro,
donde el alma se quedó,
dolida, guardada y en
silencio.
Se perdió el verbo
entre las hojas
amarillentas del otoño,
cuando no encontré tu
mano
y tu voz se perdió en
el eco.
Quizás para volver a
perderme
en medio de palabras
amargas,
donde tú ya no estás.
Y yo siga buscando el
verbo…
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
20/07/2012
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