Maldición Gitana
He recorrido el ruedo
erguida y con tanta
fuerza,
quizás por haberte
querido
ya no anida la
esperanza.
Soy un toro, esperando,
verte aparecer con tu
capote,
banderillas en mano.
Olor de arena ardiendo
y al grito de “Ole”
con ellas me vas hiriendo,
y el corazón va
resistiendo.
Mis ojos vidriosos
pronto quizás a la
agonía,
torero buscan los tuyos
para que le des muerte
ligera.
Recordad glorioso día
tu mano no temblaría,
apunta la final
estocada.
Maldecirte yo podría
mi corazón gitano lo
pide,
toro que llevo en mi
pecho.
Y frente a frente
la estocada a muerte,
tu mano tan fuerte.
Moja mi sangre la arena
mientras la muerte me
ciega.
Podría yo maldecirte
y sólo atiné a pedirle
al Cristo de los
Faroles,
le de luz a tus
soledades.
Maldición gitana la mía
quererte más no podría.
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
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