El ruiseñor y la Rosa
(Siguiendo a Alicia en la “La rosa y el
Cardo)
Soy el ruiseñor que te ama
sentir tus labios vida mía,
aquel ruiseñor que reclama
tu amor que en su alma sentiría.
Dios me formó para quererte
para querer la rosa roja,
sangro por ti, hermoso es tenerte
y amar tu alma hoja por hoja,
lo nuestro en amor se convierte
mientras tibio rocío... moja.
El ruiseñor enamorado
ofreció toda su existencia,
el sabía a buena ciencia
estar de la rosa prendado.
Tristemente él enamorado
canta mientras él va sufriendo,
vierte su sangre clavado,
en la espina va muriendo
por el amor encontrado.
Espléndida de sangre la rosa
va sintiendo remordimiento,
aunque ella será siempre hermosa
dejará espinas del sufrimiento.
El amor recibió bella rosa
con la sangre del ruiseñor,
la tiró como cualquier cosa
a la calle del estupor.
El amor se fue llorando,
por la senda del olvido,
las almas siempre clamando
por aquel amor perdido.
Hoy…siguen las almas sangrando.
Germán Echeverría
Derechos Reservados
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