martes, 13 de marzo de 2018

Una vida ...



Una vida ...

Y corrí hacia él
como sí aún fuese primavera,
lo  amé, con el amor guardado
tan puro y tan nuestro,

Pero los relojes,
habían marcado miles de horas
sólo quedaron tiempos no vividos
y un llanto contenido,
cuando acuden los recuerdos.

Eres el sol que me abraza
ahora que el invierno
se adentra en mis entrañas
y muero cada día.

Dulce amor de todas mis horas
muy  en lo profundo del alma,
somos los mismos,
sol inmenso que ya se apaga,
apenas tibio en nuestra piel.

 Imposible recuperar el ayer
Alondra herida  el corazón,
pronto detendrá su vuelo
sin dejar de amarte.

Eres mi horizonte
ese más allá del infinito,
tan lejos y tan mío.

Alicia M Moreno
Derechos Reservados

13/03/2018

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