DIME DÓNDE ESTOY
Una tormenta de verano,
la lluvia golpea el ventanal,
cierro los ojos y veo tu invierno,
muerde el alma el deseo terrenal.
Se fatiga la noche, tras los relámpagos.
¿Dime dónde estoy? Náufragos
los días me llegan a la mente,
que no razona por quererte.
Sólo la soledad muerde el alma,
que en las venas derrama,
ríos rojos que perdieron su cauce.
Dime tú, cómo se hace
si me perdí en el laberinto
de las letras de tus manos
y tus silencios.
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
05/03/2012
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