La cruz
Cuántos clavos te faltan
para crucificar mi querer,
no veis como me matan
los días sin poderte ver.
La cruz llevo cargada
pues todos llevamos una,
yo, por estar enamorada,
y vivir cantando a la luna.
Cuántos clavos te faltan
no hagas larga mi agonía,
las verdades solas saltan
en la voz hecha poesía.
Te doy libre albedrío
eres el verdugo perfecto,
en poemas mi delirio
fuiste el verbo correcto.
¿Cuántos clavos te faltan?
Para cesar la agonía
de quién tanto te quería,
y te quiere todavía.
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
29/05/2013
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