África mía.
Grietas del alma
como la tierra
sedienta,
del África que ama
entrañas de tormenta.
Pasión furiosa de deseo
imaginándote bajo el
sol ardiente
tu piel dorada así te
veo,
aferrándome al milagro
de quererte.
Cual es el punto, donde
estalla el amor
y el deseo te eriza la
piel, hasta el orgasmo,
esa sensación en tus
adentros de dolor
del ritmo sensual y
lujurioso de tu espasmo.
En qué momento nace
este deseo
salvaje he
incomprensible
de no poder vivir sino
te veo
volviendo tu palabra
irresistible.
Dos fieras salvajes he
indomables
eso somos tú y yo
ardientes soles rojizos
agrietando cada fibra
de los cuerpos
amándonos, hasta apagar
los soles.
Alicia M. Moreno
24//12/2012
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